Mi alma cautivada
por el dolor.
Se queda inmóvil
ante su destino.
Quiere pintar
en profundo olvido.
Dando muerte
ha su memoria.
Pero no puede.
Vive cada día
mezclando el odio
con inmenso dolor.
Nada puedo hoy
cambiar para ser,
el ingenuo, enamorado.
Es que mi mundo
no es un milagro.
Ni un cuento.
Derechos reservados a César Desiato